
Ahorrar para la jubilación es una de las asignaturas pendientes para muchos españoles. Unos no son conscientes, otros sí, pero procrastinan la tarea… Lo cierto es que, sin un complemento a la pensión pública, en la mayoría de los casos tendremos que asumir que viviremos los años descanso laboral con un nivel de ingresos menor, ajustando así nuestro nivel de vida.
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Muchos son los factores que han llevado a esta situación, siendo uno de ellos la evolución de la pirámide poblacional. Según las proyecciones de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF), España pasará de dos trabajadores por cada pensionista a poco más de uno en 2050. Y por eso, cada vez más, la necesidad de complementar la pensión pública se hace más fuerte.
Aunque el instrumento más conocido para el ahorro de cara a la jubilación son los planes de pensiones, no son los únicos. Hasta hoy, uno de los grandes atractivos de este vehículo es su fiscalidad, ya que las aportaciones realizadas reducen la base imponible del IRPF; es decir, Hacienda devuelve parte de lo invertido, con un límite para aportar de 8.000 euros o el 30% de la suma de los rendimientos del trabajo y actividades económicas.
Hasta hoy; porque entre las medidas tributarias propuestas en el Proyecto de Ley de Presupuestos Generales del Estado para 2021 se incluye una reducción del límite de 8.000 euros hasta 2.000 euros en los sistemas de ahorro individual. Pendientes de la aprobación del cambio, este podría ser el último año para aquellos que quieran beneficiarse de la reducción máxima de 8.000 euros; pero, por otro lado, como recuerdan desde Singular Bank, "la fiscalidad es susceptible de cambio, como hemos podido comprobar", por lo que esta "no puede ser la primera razón" para elegir un producto. "La primera razón tiene que ser complementar la pensión y, para ello, hay que usar todas las herramientas a nuestro alcance", señalan desde la entidad.
Cómo ahorrar para la jubilación
Además de los mencionados planes de pensiones, en los que se recomienda hacer aportaciones periódicas para que el esfuerzo sea gradual y evitar exponerse a cómo estén los mercados en un momento puntual, otra de las alternativas son los planes individuales de ahorro sistemático (PIAS), que cuentan con una rentabilidad mínima asegurada. Su gran ventaja reside en la flexibilidad a la hora de rescatar el dinero. Con un límite de aportación anual de 8.000 euros o 240.000 euros en total, si el ahorrador retira el importa acumulado pasados cinco años, y lo hace como renta vitalicia, los rendimientos estarán exentos de tributar.
En su caso, los planes de previsión asegurado (PPA), también ofrecen una rentabilidad mínima garantizada. Al igual que el plan de pensiones, hasta ahora, permiten deducirse hasta 8.000 euros o el 30% de la suma de los rendimientos del trabajo y actividades económicas con las aportaciones, si bien quedarían igualmente afectados por el nuevo límite de 2.000 euros propuesto en los PGE 2021.
Por su parte, los fondos de inversión aportan ventajas como su gran liquidez, la gestión profesionalizada y no tienen límites de aportaciones. Además, cubren un amplio espectro de tipos de inversión por lo que pueden adecuarse a diferentes perfiles. Asimismo, estos productos tributan cuando se retira el dinero y lo harán por las ganancias o pérdidas que hayan generado.
Otra vía para estructurar el patrimonio es, dentro de los fondos de inversión, los productos de gestión pasiva, como los fondos indexados o ETF (fondos cotizados). Una de sus fortalezas es que se pueden construir todo tipo de carteras, bien diversificadas y con el nivel de riesgo adecuado. La gestión pasiva suele llevar aparejada menores costes de gestión, si bien no debemos olvidar otras comisiones si accedemos a través de ETF (compraventa, custodia…).
En el caso de tener más de 65 años, uno de los productos que está ganando popularidad son las rentas vitalicias. Son seguros de vida en los que la aseguradora paga una renta periódica hasta el fallecimiento tras la aportación de un dinero inicial por parte del cliente.
Sea cual sea la opción a elegir, uno de los aspectos clave es contar con asesoramiento profesional de cara a planificar la jubilación. A fin de cuentas, si cuando existe un problema de salud acudimos a un especialista, con las finanzas debería ocurrir lo mismo.
Por ejemplo, Singular Bank cuenta con un servicio personalizado de asesoramiento para el patrimonio y para la financiación, que tienen como objetivo proponer a los clientes las mejores soluciones para cada momento de su vida y ayudarles a alcanzar sus metas financieras. ¿Qué opción es la más interesante? Desde Singular Bank defienden que, "no hay dos clientes iguales. Y, por tanto, no deberíamos hablar de los clientes en plural, sino del cliente en singular. Si cada cliente es distinto, el banco tiene que ser también distinto para cada cliente y buscar la solución financiera que más se adapte a él".