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La gran compañía es un pilar clave para la recuperación económica

  • La digitalización, la sostenibilidad y la internacionalización serán clave
  • Estas firmas se han volcado en la compra de material sanitario esencial

En la historia reciente, el concepto de crisis no es ajeno para nadie. Sí lo es una como la actual: sanitaria y que afecta a todo el planeta. La magnitud de la misma aún está por ver, si bien las predicciones no son nada halagüeñas. Hace poco más de un mes, la vicepresidenta de Crecimiento Equitativo del Banco Mundial, Ceyla Pazarbasioglu, reconocía que "esta crisis probablemente dejará cicatrices duraderas y planteará gigantes desafíos globales".

Unos retos en los que las grandes empresas han sido y serán clave debido a su músculo financiero y a su capacidad de ayudar a otros actores de la sociedad. Esta fue una de las conclusiones del Observatorio Cómo han pasado el confinamiento las grandes empresas: retos para la reconstrucción, organizado por elEconomista y por CESCE.

Como explica Fernando Salazar, presidente de CESCE, "hemos tenido que apoyar a las empresas, tanto por cuenta propia, como una compañía más, como en nuestra labor de agente de seguros del Estado, desde donde se nos encargó una línea de cobertura de 2.000 millones de euros, la mayor que ha hecho nunca CESCE. Acumulamos más de 700 operaciones individuales, cuando durante todo 2019 habíamos hecho 180 operaciones".

Y es que el sector asegurador, junto con el bancario, ha sido un pilar imprescindible para mantener la liquidez de empresas y familias en una situación en la que los ingresos han caído abruptamente. A este respecto, Banco Santander ha concedido, desde el inicio del estado de alarma, 52.000 millones de euros a empresas y autónomos entre líneas que cuentan con el aval del ICO y fondos propios. "Hemos tenido que estar muy cerca de las pymes, dotarlas de mucha liquidez, a la vez que hemos puesto el foco en los sectores más desfavorecidos como el turístico", indica Octavio Ramírez, director de Empresas y Pymes de Santander España.

Por su parte, Alberto Cano, director de Pymes de BBVA en España, señala que la entidad ha intentado desde el principio ver cómo podía ser parte de la solución. "Desde el primer día pusimos a disposición de las pymes hasta 25.000 millones de euros de créditos rápidos para cubrir las primeras necesidades. Asimismo, dimos respuesta a más de 100.000 clientes a través de las Líneas ICO, que han sido fundamentales para parar ese primer golpe", explica. Además, estas entidades han concedido moratorias a los particulares para aliviar sus compromisos financieros o han anticipado ingresos como los provenientes de los ERTE o de las pensiones.

Soportes de la sociedad

Más allá del ámbito financiero, la pandemia desató otra crisis sin precedentes: la falta de suministros, principalmente sanitarios. Con los hospitales colapsados y las cifras de infectados aumentando a pasos agigantados, la demanda de productos como mascarillas o respiradores colapsó el mercado. En esta difícil situación, el papel de las grandes empresas también fue clave, como demostró Seat. Con su negocio principal paralizado completamente durante el confinamiento, desde la compañía se plantearon cómo podían contribuir a la sociedad por su rol de actor relevante económico para el país y de responsabilidad social. "De lo que más orgullosos nos sentimos es de haber podido fabricar más de 600 respiradores de emergencia que donamos a los hospitales públicos en España", recuerda Josep Maria Recasens, director de Estrategia de Seat.

A este respecto, Marta Moreno Mínguez, directora de Relaciones Institucionales de Grupo Novartis, explica que desde las autoridades "no se nos pedía dinero, sino que consiguiésemos material sanitario". "Por tanto, contribuimos con casi 1 millón de euros en compras de casi 800.000 mascarillas quirúrgicas y casi 15.000 test de diagnóstico. Asimismo, pusimos a disposición de la Agencia Española del Medicamento 1 millón de dosis de hidroxicloroquina destinadas a ensayos clínicos con el objetivo de comprobar si funcionaban o no", relata. Unas operaciones que tenían que coordinar con el mantenimiento del suministro de medicamentos a hospitales y la continuidad de sus ensayos clínicos, un vector clave.

En este ámbito también el sector asegurador y bancario ha puesto su granito de arena, como pone de manifiesto la contribución de CESCE a la creación de una póliza gratuita para dar cobertura a más de 1 millón de profesionales que han trabajado en primera línea de lucha contra la pandemia. Se trata de la mayor póliza colectiva de vida de la historia del seguro y dispone de un fondo solidario de 38 millones de euros constituido gracias a las aportaciones de 109 aseguradoras, agrupadas en UNESPA.

En el caso de entidades como Banco Santander, una de sus acciones más destacadas fue la creación del Fondo Solidario Juntos, financiado con el 50% de la retribución de la presidenta y del consejero delegado, el 20% de la retribución de los consejeros no ejecutivos y la aportación de empleados y cualquier persona que así lo desease y con el que han recaudado 54 millones de euros. En total, la entidad ha destinado 100 millones de euros en todo el mundo a iniciativas solidarias para luchar contra el coronavirus.

Por su parte, BBVA ha donado 35 millones de euros para la compra de respiradores, oxigenadores, test, mascarillas, kits de protección, gafas o protectores faciales, guantes, y otro material médico y equipamiento electrónico para enfermos, entre otros.

Pasos de gigante

Uno de los aspectos en los que coinciden todas las empresas es que la crisis del coronavirus ha servido para dar pasos agigantados en materias como la digitalización o el teletrabajo, que han supuesto un verdadero reto. Como recuerda Fernando Salazar, el seguro de crédito es un producto muy específico que tradicionalmente está muy poco digitalizado, por lo que de la noche a la mañana se tuvieron que digitalizar. "CESCE tenía ya un cierto avance, pero tuvimos que pasar de contar con un 15% del personal teletrabajando a casi el 100% y de uno o dos productos digitales, a la práctica totalidad de los mismos", dice.

En el caso de Santander, "todo el proceso vocacional de transformación digital, que habíamos empezado desde hace tiempo, se ha acelerado. Principalmente en la atención digital en todos los canales, web, APP y, por supuesto, el call center, muy importante para el sector financiero. Santander ya tiene más de 5 millones de clientes digitales en España", subraya Octavio Ramírez. Asimismo, la entidad hizo un enorme esfuerzo para que más de 120.000 empleados del grupo en todo el mundo pudiesen trabajar en remoto.

"En nuestra labor durante la pandemia nos ha ayudado mucho nuestro avance en digitalización. Nada hubiese sido posible sin una aplicación móvil, que permite hacer prácticamente todas las gestiones desde casa, y unos medios digitales que nos han permitido adaptarnos muy rápidamente", sostiene Alberto Cano, de BBVA España.

A este respecto, Marta Moreno Mínguez incide en que la agilidad ha sido clave: "Está claro que no vamos a hacer lo mismo que hacíamos antes, estamos en un proceso de digitalización y de cambio de cultura sin precedentes, un proceso en el que será voluntario que tú decidas dónde trabajar, lo que sin duda va a atraer talento a la compañía y que va a hacer que se inspire al resto de instituciones en la filosofía de que da igual donde trabajes, lo importante es la confianza y contar con las mejores personas".

Por su parte, Josep Maria Recasens explica que todo aquello que empezó a ser algo incipiente del precovid como la digitalización y la sostenibilidad, se va a acelerar. "En el caso de la primera, más allá del teletrabajo, necesitaremos analizar los datos para conocer mucho más las necesidades de nuestros clientes. En segundo lugar, hay una clara sensibilidad, mayor después del estallido de la pandemia, para todo aquello que es medioambientalmente positivo", narra.

De hecho, una parte importante de los planes de reformas e inversiones que España tendrá que presentar a la Comisión Europea para recibir los 140.000 millones de euros acordados del fondo de recuperación, deben tener como pilares la transición ecológica y digital. "De cara a final de año las cosas van a estar difíciles y lo que tendremos que ver es dónde nos focalizamos y esto afecta tanto a las grandes empresas como a las pequeñas. Hay tres vías de salida que ya estaban presentes antes de la pandemia y en las que hay que acelerar el paso en esa dirección: hay que correr hacia una digitalización extrema, la internacionalización, para subirse al tren del comercio exterior, y la sostenibilidad, que más allá de garantizarnos el futuro como especie también asegura el económico", argumenta Alberto Cano, quien recuerda que "en esta crisis, la banca está teniendo un papel relevante en la solución".

Josep Maria Recasens reflexiona que se ha salido de crisis anteriores con soluciones cortoplacistas: "Nunca nos hemos hecho una reflexión de qué tipo de país y economía queremos más allá de 2030. En el marco de intentar utilizar esta crisis como una oportunidad, habría que pensar en este escenario de futuro. La pregunta clave que tenemos que hacernos es qué proyecto realmente ponemos en marcha y cómo materializamos aspectos como la sostenibilidad o la digitalización para que sirvan para evolucionar la economía del país a una más competitiva, moderna y robusta".

Seat ya ha anunciado inversiones por valor de 5.000 millones de euros entre 2020 y 2025 en nuevos proyectos de I+D en España. Además, está intentando liderar un proyecto de colaboración público-privada para transformar la industria de la automoción que va más allá del automóvil y aglutina sectores como el energético, las infraestructuras, las telecomunicaciones y el ecosistema de la movilidad en su conjunto, con el objetivo de que este proyecto transversal impacte a más del 40% del PIB español.

Sobre este aspecto, Octavio Ramírez incide en que la responsabilidad de las empresas es muy importante. "Somos los motores y tractores de la economía, de familias y pymes. En este sentido, tenemos que hacer valer como sociedad el espíritu de la remontada", apunta.

En el caso de Novartis, Marta Moreno Mínguez destaca que "la palabra clave es confianza, para crear el futuro que queremos. No podemos ir solos, el trabajo entre empresas e instituciones es más necesario que nunca. El big data en nuestro caso es clave para agilizar los ensayos clínicos y para generar mucha más innovación".

Por último, Fernando Salazar espera un mundo más verde, digital, flexible, europeo y solidario. "El gran problema de la anterior crisis es la desigualdad que creó, lo que tuvo repercusiones sociales y políticas que no se pueden volver a repetir. También tenemos que ser más diversificados, no podemos depender de un monopolista proveedor. Si conseguimos todo esto, la crisis nos habrá ofrecido una oportunidad", concluye el presidente de CESCE.

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