Observatorios online

Loreto Ordóñez: "No habrá empresa de tamaño medio que sobreviva sin una capa de digitalización"

  • "Para prestar servicios energéticos hay que tener confianza"
  • "La pandemia ha puesto sobre la mesa un nuevo tipo de economía, la de la distancia"
  • "Me ocupa y me preocupa el brutal aumento de la entropía operacional"

Loreto Ordóñez, consejera delegada de Engie en España, ha sido la primera invitada de Conversaciones en la nube, una nueva serie de encuentros semanales telemáticos, organizados por elEconomista con el patrocinio de DXC.

Con un formato informal y novedoso, Conversaciones en la nube rompe los rígidos moldes de la comunicación empresarial para entablar una charla amistosa entre los participantes, Juan Parra, consejero delegado de DXC en España y Portugal, el invitado semanal, y Amador Ayora, director de elEconomista.

Como no podía ser de otro modo, este primer encuentro ha arrancando analizando el modo en que Engie España ha afrontado la crisis provocada por el Covid-19. Al tratarse de una empresa energética, cuya actividad es esencial para el funcionamiento del tejido socioeconómico del país, la firma ha tenido que volcarse en garantizar la seguridad de sus 2.000 trabajadores de campo, a la par que aseguraba la continuidad del negocio.

Ordóñez ha calificado de "tremendo" el esfuerzo necesario para dotar a su personal de Equipos de Protección Individual (EPI) en un momento en que la demanda superaba con mucho la oferta -tuvo que acudir al circuito internacional-, y ha señalado que prevé un despliegue masivo de medidas sanitarias excepcionales hasta final de año.

En todo momento, Engie se ha guiado por los protocolos e indicaciones del Grupo francés -adaptándolos a las exigencias del Gobierno-, también a la hora de ayudar a los clientes a superar la crisis, dotándolos de flexibilidad y seguridad frente al impacto económico de la pandemia.

Revisión del plan estratégico

Con vistas al futuro, Ordóñez anunció que está revisando su plan estratégico porque "la situación macroeconómica y las necesidades de nuestros clientes serán distintas a las que tenemos ahora", apostillando que esas necesidades ya están fuertemente ligadas a su posicionamiento con relación a la descarbonización.

Terminó su primera intervención remachando que lo que más le ocupa y le preocupa es que "ha aumentado brutalmente la entropía operacional", el modo en que deben cambiar los procedimientos, lo que exige adoptar medidas adicionales para gestionar la mayor complejidad.

Parra recogió el testigo señalando que en su compañía "lo que nos ha sorprendido más positivamente ha sido la adaptabilidad del tejido empresarial español" ante el reto sanitario, refiriéndose a la necesidad de implantar el teletrabajo con plataformas solventes y sin ninguna otra opción: "las empresas han dado el do de pecho para caminar al lado de sus clientes".

El cambio es un proceso "doloroso"; aunque al ser una utility, el grado de digitalización es importante lejos del cliente

Aseguró que buena parte del éxito de las empresas españolas está en la calidad de las compañías tecnológicas, que han permitido la veloz adaptación a las situación excepcional provocada por el Covid-19.

Abundando en la transformación digital, Ordóñez expuso que Engie lleva cuatro años volcada en ella porque es la solución más eficiente desde el punto de vista económico. Confesó que el cambio era un proceso "doloroso"; aunque al ser una utility, el grado de digitalización era importante en las áreas de upstream, lejos del cliente, no lo era tanto en las áreas downstream, de comercialización y prestación de servicios energéticos.

Por eso el aumento de la digitalización se había centrado en la atención prestada a las industrias, al objeto de ser capaz de analizar sus datos, diseñar la mejor solución, instalarla, operarla y mantenerla. Afirmó que las empresas energéticas que no apuesten por ello, "que no lo incorporen a su ADN", van a sufrir para poder dar respuesta a la nueva realidad, en la que tendrán mucha importancia la conservación de los recursos y la descarbonización de la economía.

El riesgo de la ciberseguridad

Parra señaló que uno de los mayores escollos para la implantación de la digitalización es el capítulo de la ciberseguridad, clave para negocios con acceso a información sensible de sus clientes.

Ordóñez reconoció haber sufrido ciberataques puntuales, sin repercusiones, y explicó que Engie aplica la seguridad de un modo integral, aplicando los protocolos del Grupo para proteger sus relaciones comerciales, puesto que su modelo de prestación de servicios energéticos exige una relación de años y mucha confianza con los clientes.

Sólo los más ágiles, flexibles e innovadores, los más digitalizados, podrán aguantar

Luego insistió en que la digitalización y la seguridad eran fundamentales en el nuevo modelo económico que está surgiendo tras la pandemia, que denominó "la economía de la distancia", con nuevos requerimientos comerciales y una transformación de los procedimientos que todavía no se sabe hasta dónde puede llegar, a lo que se suma la caída de la demanda y las exigencias de la economía circular y el cambio climático.

Reiteró que, a su juicio, sólo los más ágiles, flexibles e innovadores, los más digitalizados, podrán aguantar: "no habrá empresa de tamaño medio que sobreviva sin una mínima capta de digitalización".

Cultura empresarial

Parra reivindicó el papel de las empresas tecnológicas a la hora de proveer de soluciones y comentó que un "factor positivo" de la pandemia era que DXC había estado mucho más cerca de sus clientes. Acto seguido hizo hincapié en la necesidad de ayudar a las pymes y en el escollo que supone para las grandes empresas el cambio de cultura empresarial que deben realizar para adaptarse a la digitalización: "las personas tienen que recualificar su conocimiento", recalcó.

Ordóñez estuvo de acuerdo con él, y añadió que las empresas deben hacer un importante análisis interno, de sus capacidades y del talento de su personal, para saber cuándo y cómo abordar el proceso de digitalización.

Además reflexionó sobre cómo la crisis sanitaria había tenido otro efecto, "una gran lección": ha permitido constatar el grado de compromiso de los empleados ante las dificultades -que en el caso de Engie "ha crecido exponencialmente"- y demostrar que la solución para superar el trance está en manos de todos.

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