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¿Quieres ver un partido de fútbol pirata? Este es el daño que te causa a ti y al sector

  • Una de las principales fuentes de ingresos de las organizaciones que están detrás de la piratería es la obtención de datos personales

El año pasado hubo en España 5.239 millones de accesos ilegales a contenidos, con un perjuicio para la industria del entretenimiento de 2.416 millones. Son datos del Observatorio de la Piratería de 2020 que ponen de manifiesto que esta actividad sigue siendo una lacra en nuestro país.

Entre los motivos que justifican el acceso ilícito a contenidos, 4 de cada 10 consumidores afirman "no saber distinguir entre las plataformas legales/ilegales", mientras que el 54% argumenta que lo hace porque ya paga por una conexión a Internet o televisión de pago.

A este respecto, entre los contenidos más pirateados se encuentra el fútbol, industria en la que un 23% de los individuos realiza accesos ilícitos (el año pasado se visualizaron de forma ilegal un total de 71 millones de partidos). Por ello, LaLiga, a través de LaLiga Content Protection (filial de LaLiga Tech), trabaja para plantar cara a este delito con diferentes herramientas. Muestra del resultado que está obteniendo es que solo en la temporada 2020-21 ha logrado detectar y retirar más de un 1 millón de vídeos en Youtube, casi 600 aplicaciones móviles, más de 27.300 páginas web o más de 18.600 IPTVs (decodificadores o routers).

Servidores fraudulentos. Fuente: LaLiga

Las vías para acceder a contenido ilegal son diversas: redes sociales, aplicaciones, cardsharing (a través de satélite), páginas web, mercados de compra-venta o IPTVs. En el caso de este último recurso, hay dos modelos: uno al que se accede gratuitamente, en el que, siguiendo la máxima "cuando algo es gratis, el producto eres tú", los usuarios pagan con sus datos. En la otra modalidad el usuario paga dinero a un tercero y, por tanto, "le ofrece información personal, ya que normalmente el desembolso económico se hace a través de métodos online, además de tener que facilitar una dirección para mandar el codificador a casa, lo que abre la puerta a poder ser víctimas de posibles ciberdelitos en un futuro", explica Emilio Fernández del Castillo, director de operaciones de LaLiga Content Protection. En el caso de las líneas m3u, archivos que contienen listas de reproducción multimedia, se requiere la dirección de correo electrónico para poder acceder a los contenidos ilegales de manera online.

De hecho, una de las principales fuentes de ingresos de estos grupos delictivos es la obtención de datos que se recopilan de modo fraudulento en bases de datos y que posteriormente se comercializan, alcanzado precios muy elevados en el mercado. Así, en 2020 más de dos tercios de los internautas (65%) tuvo que registrarse como usuario cediendo datos de carácter personal.

Para combatirlo, LaLiga Content Protection cuenta con diversas herramientas, que además se pueden adaptar para perseguir cualquier contenido o producto pirata en todo tipo de industrias. Entre ellas destaca Blackhole, que extrae información de las plataformas ilegales de IPTV y cardsharing, así como el listado de los servidores que se encuentran tras las líneas monitorizadas, y almacena todas las imágenes de dichas plataformas en tiempo real.

Emilio Fernández del Castillo: "Los usuarios de contenidos ilegales pueden ser víctimas de ciberdelitos"

Además, LaLiga Content Protection tiene diferentes acuerdos con distintos hostings providers (proveedores de alojamientos de Internet) lo que puede provocar que "durante un partido que se está visionando de manera ilegal se corte la emisión o que, directamente, la línea no funcione", destaca Fernández del Castillo. Tanto es así, que como revela el Observatorio de la Piratería, el 57% de quienes acceden a contenidos digitales ilícitos y han intentado acceder a contenidos encontraron que ya no existían o estaba cerrada la web. "Estas alianzas están creciendo, por lo que cada vez será más difícil poder ver un partido, en el caso del fútbol, de principio a fin", indica Fernández del Castillo.

Uno de los aspectos más importantes de estas herramientas es que permiten detectar conglomerados, ya que diferentes IPTVs pueden estar bajo el mismo propietario y las mismas infraestructuras. Lo mismo ocurre con las páginas web que, aparentemente, son completamente distintas. "Hay que tener en cuenta que detrás de este delito no está un chaval en un garaje, sino que son auténticas mafias que se están lucrando con el esfuerzo ajeno", recuerda el director de operaciones de LaLiga Content Protection.

Al igual que Blackhole, la herramienta Lumière es capaz de analizar una página web de streaming para obtener evidencias legales: quién es su propietario, dónde están sus servidores... Una tecnología que LaLiga ha cedido al Ministerio de Cultura. Por su parte, Marauder es la encargada de buscar los contenidos de los partidos de LaLiga Santander y LaLiga SmartBank en todos los canales usados para ofrecer los contenidos ilegales. En el caso de las redes sociales y aplicaciones móviles la aplicación también realiza denuncias.

El precio de la piratería

La piratería supone un delito muy beneficioso para los delincuentes y, por el contrario, tiene un gran coste para la sociedad. Además de que el impacto en 2020 para las arcas públicas fue de 682 millones de euros, y de 5.340 millones de euros desde 2012, según el Observatorio de la Piratería, en un escenario sin piratería se podrían crear 130.000 puestos de trabajo directos e indirectos.

Asimismo, cuando se visiona un contenido ilegal, en este caso de fútbol, "se atenta contra lo que apasiona al propio aficionado: sus equipos, sus jugadores favoritos, los estadios a los que acuden a ver los partidos...", indica Emilio Fernández del Castillo. El año pasado detrás de cada clic, de cada bajada o de cada compra de un dispositivo ilegal se escondía un perjuicio económico para la industria futbolística.

En la temporada 2020-21 LaLiga ha logrado detectar y retirar más de un 1 millón de vídeos en Youtube

"Desde LaLiga se ha apostado y se sigue apostando tanto económicamente como humanamente por luchar contra este fraude", recalca el director de operaciones de LaLiga Content Protection, que ha ido aumentado sus recursos materiales y humanos y ya cuenta con medio centenar de expertos.

Con todo, LaLiga ha sido reconocida con el premio Anti piracy Award en 2019 y 2020, ofrecido por SportsPro OTT, como resultado de la creación de un laboratorio interno de antipiratería y el desarrollo de numerosas herramientas tecnológicas para luchar contra la piratería audiovisual. Este esfuerzo sitúa a LaLiga como referente a nivel mundial.

Si bien LaLiga dispone del equipo, la tecnología y el conocimiento para hacer frente a esta lacra, falta una herramienta legal que permita bloquear el contenido de una manera rápida y ágil. "Ahora mismo nosotros detectamos enseguida que un partido de fútbol, que dura 90 minutos, está siendo pirateado, pero desde que lo denunciamos y la justicia actúa, esa web o servidor ya se ha buscado otro lugar donde alojar contenidos piratas. Ojalá contáramos en España con esta herramienta legal que nos ayude a ganar el partido a la piratería audiovisual", señalan desde LaLiga Content Protection.

#ProtegeTuEquipo

Con el objetivo de trasladar a la sociedad la realidad que hay detrás de la piratería en el mundo del fútbol, que afecta a la capacidad de los clubes de mantener y mejorar sus plantillas, mejorar estadios, precios de entradas/abonos, etc., o cómo influye en los miles de puestos de trabajo que dependen del fútbol, LaLiga ha lanzado la campaña Cuando aparece la piratería, el fútbol desaparece y el hashtag #ProtegeTuEquipo.

La campaña persigue demostrar que la piratería daña todo aquello que hace posible al aficionado disfrutar del fútbol. A fin de cuentas, la emoción que transmite este deporte depende de todos lo que lo hacen posible: jugadores, operadores de cámara, taquilleros, jardineros, acomodadores, personal de seguridad... Por ello, cuando un aficionado piratea un contenido no solo está perjudicando económicamente a los equipos y todos los puestos de trabajo que dependen de esta industria, sino que pone en peligro su propio disfrute.

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