Según los últimos datos del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades, España cuenta con casi 1.300.000 estudiantes universitarios. Cada nuevo año escolar, alrededor de 300.000 alumnos se matriculan en los primeros cursos de Grado que ofertan las distintas universidades de nuestro país. A causa del estado de alarma decretado por el Gobierno hace poco más de un mes, todos ellos se han visto obligados a continuar con su formación en sus propias casas.
Igual que muchos trabajadores españoles tienen que acostumbrarse estos días a la dinámica del teletrabajo, los universitarios (y sus docentes) están actualmente lidiando con las particularidades de la enseñanza online. Los campus virtuales y las videoconferencias han sustituido a las clases presenciales estos días y el Ministerio de Universidades, en su afán por facilitar esta situación tan desconocida para algunos, ha lanzado el portal Conectad@s: la universidad en casa.
Ante el actual cierre del espacio educativo presencial por causa de la expansión del coronavirus, esta plataforma ofrece un extenso abanico de recursos de orientación y formación para el profesorado sobre metodología de formación en línea. También recoge, para el estudiantado y el personal investigador, un amplio repertorio de materiales digitales y contenidos en abierto de distintas áreas de conocimiento. Como explica el propio Ministerio en un comunicado, esta iniciativa se ha llevado a cabo junto a la asociación Crue Universidades Españolas y su diseño ha corrido a cargo de "la UNED y la UOC, junto con la contribución de todas las universidades españolas".
El Ministerio de Universidades ha lanzado el portal 'Conectad@s: la universidad en casa' para facilitar esta situación tan desconocida para algunos
En opinión de Gloria Moreno, estudiante de Medicina en la Universidad de Castilla la Mancha, "siempre va a ser más efectiva la docencia presencial, pero ante la situación en la que hoy nos encontramos, tanto las clases online como las grabaciones de voz de los profesores son muy útiles". Ahora bien, "cada profesor debería asegurarse de que toda su materia ha quedado explicada, porque de lo contrario, como me ocurre a mí, la mayor parte de los contenidos los tengo que comprender por mí misma".
Nhoelia Bueno, estudiante de Relaciones Internacionales en la Universidad Complutense de Madrid, también valora las clases virtuales como "efectivas", pues permiten a los alumnos "seguir cogiendo apuntes y atender a las explicaciones del profesor". Además, añade que estos canales son el único camino para seguir "generando debate" sobre los contenidos de las materias. "Lo que llevo mal es la conexión, que a veces no me funciona muy bien y me pierdo partes de la clase; pero los profesores ofrecen grabar las sesiones y entre las compañeras nos ayudamos pasándonos apuntes".
Los problemas que puede generar la red también son señalados por Miriam Álvarez, estudiante de Traducción e Interpretación en la universidad madrileña Rey Juan Carlos, como el principal escollo para el buen funcionamiento de la universidad online. "No todo el mundo tiene una buena conexión a Internet o un ordenador que no le dé problemas", explica.
En este sentido, la situación excepcional que hoy se está viviendo entre los estudiantes saca a relucir con más fuerza el problema de brecha digital, es decir, la desigualdad en el acceso y conocimiento de las nuevas tecnologías. Es cierto, quizás, que esta problemática afecta más a los alumnos de educación primaria o secundaria obligatoria, pero -desde luego- es un aspecto a seguir tratando en la formación superior. Solo así se podrá alcanzar una verdadera igualdad de oportunidades.
Más de 20.000 estudiantes universitarios, graduados y profesores podrán acceder a las becas #YoMeQuedoEnCasa
En esa línea trabajan empresas como Banco Santander, pues potenciar el desarrollo de competencias digitales es uno de los objetivos de su nuevo programa de becas: #YoMeQuedoEnCasa. Dicho programa, lanzado a través de Santander Universidades, establece colaboraciones con el IE University y el British Council.
Gracias a esta medida, más de 20.000 estudiantes universitarios, graduados y profesores podrán acceder a una beca de formación online que, en definitiva, ayuden a mejorar su empleabilidad futura o sus capacidades digitales. "La pandemia del coronavirus nos exige una adaptación a unas circunstancias que ninguno de nosotros había vivido anteriormente", explica el director global de Santander Universidades, Javier Roglá. Por ello, "queremos ofrecer a nuestros jóvenes una completa oferta formativa online para que estén mejor preparados para el futuro profesional que se encuentren después del COVID-19".
Esta iniciativa complementa a los 20 millones de euros que ya ha movilizado Banco Santander de su mecenazgo en Educación para que, junto a Crue y el CSIC, se haga frente a los desafíos sanitarios y educativos provocados por el coronavirus desde las propias universidades. Esto no solo facilitará la investigación en desarrollo de vacunas, fármacos o nuevas técnicas diagnósticas, sino que ofrecerá apoyo a los estudiantes más desfavorecidos y dotará de más y mejores equipos y software a los centros para reforzar la enseñanza online.
¿Qué nos depara el futuro?
Patricia Sánchez, estudiante de Enfermería en la Universidad de Castilla-La Mancha, reconoce que, por culpa del confinamiento, "he perdido un poco la dinámica de estudio que había conseguido con la rutina de ir a clase y a la biblioteca". Además, en carreras con un componente práctico tan importante, la formación online no es una solución y "al no poder dar clases prácticas, cuesta más retener la información".
De igual modo se manifiesta Gloria Moreno, que asegura tener este curso "más posibilidades de suspender alguna asignatura que antes". La estudiante de Medicina añade que "nos comunicaron que los exámenes se harían de manera online, con un tiempo límite y sin poder retroceder a una pregunta ya contestada, para evitar que nos copiemos". Esta dinámica "al ser algo con lo que no estamos familiarizados, puede jugar en nuestra contra".
En este sentido, el Ministerio de Universidades ha publicado recientemente un documento en el que instaba a los centros a consultar con los estudiantes los criterios de evaluación, los cuales han de difundirse con el tiempo académico necesario para que éstos puedan prepararse adecuadamente.
Esta nueva situación a la que hoy se enfrentan las universidades puede desembocar, en el futuro, en un cambio en "la forma de evaluar", explica Nhoelia Bueno (Relaciones Internacionales). "Este puede ser un buen momento para que los profesores se den cuenta de que se puede aprender más haciendo un trabajo que un examen".
Por su parte, Miriam Álvarez prevé un mayor uso de "Internet y sus recursos". La estudiante de Traducción e Interpretación opina que "muchas clases dejarán de ser presenciales y se darán por videoconferencia, se utilizarán los recursos online de las universidades que muchos profesores se negaban a usar y se darán más facilidades a los alumnos que no pueden ir a las clases presenciales".