Inclusión laboral: se puede hacer más y mejor
- En palabras de Sonia Viñas, directora de Fundación Universia, "la formación universitaria es un elemento clave para que las personas con discapacidad accedan en mejores condiciones al mercado de trabajo"
- Además, el empleo cada vez más digital puede traer consigo elementos que beneficien la inclusión
Víctor Barahona
Madrid,
"Lo más destacable del colectivo de personas con discapacidad es su baja participación en el mercado laboral". Con estas palabras el Instituto Nacional de Estadística (INE) presentaba en diciembre, como cada año, un análisis sobre el empleo de la población con discapacidad en nuestro país. Estos datos, relativos al año 2018, dan cuenta de que, para lograr la inclusión laboral completa, todavía queda mucho por hacer. La tasa de empleo en 2018 de las personas con discapacidad fue del 25,8%, más de 40 puntos inferior a la de las personas sin ella, y la tasa de paro superó en más de 10 puntos a la de la población sin discapacidad (25,2% frente a 15,1%).
La conocida como Ley del 2% obliga a las compañías públicas y privadas que emplean a 50 o más trabajadores a que, al menos, el 2% de éstos tengan el certificado de discapacidad (igual o superior al 33%). Sin embargo, en palabras de Sonia Viñas, directora de Fundación Universia, perteneciente a Banco Santander, "de nada vale tener leyes y obligaciones si no tomamos conciencia sobre una realidad, reflexionamos sobre ella y pensamos en qué acciones podemos llevar a cabo para transformarla".
Precisamente, Fundación Universia, que cuenta para sus actividades con el respaldo de Banco Santander, pone el foco en el acceso a la educación superior de las personas con discapacidad. Y es que Viñas recuerda que "el principal reto al que se va a tener que enfrentar el empleo de estas personas es a la creciente automatización de las posiciones poco cualificadas por las que se había apostado durante años para este colectivo". Así, el INE revela que, en el año 2018, en las 654.600 personas que componían la población activa con discapacidad se observó menor representación de trabajadores con estudios superiores que en los activos sin discapacidad: un 26% y un 40,4% respectivamente.
En ese sentido, "la formación universitaria es un elemento clave para que las personas con discapacidad accedan en mejores condiciones al mercado de trabajo ordinario", añade Viñas. "De este modo, dejan de ser un colectivo en riesgo de exclusión".
En Fundación Universia, "nos gustan especialmente los proyectos que fomentan el liderazgo de personas con discapacidad", explica Sonia Viñas.
Además, la denominada Cuarta Revolución Industrial, "permite diseñar un escenario nuevo que puede ser ya de base inclusivo", explica la directora de Fundación Universia. La transformación vigente de la manera de entender el empleo, apoyándose este cada vez más en el ámbito digital, puede traer consigo "elementos que beneficien la inclusión de personas con discapacidad, como puede ser el trabajo online, que mitiga necesidades específicas de movilidad", afirma.
Proyectos de liderazgo y concienciación
Tal y como explica Viñas en declaraciones a elEconomista, los proyectos de Fundación Universia, "parten de una visión avanzada de la discapacidad que empodera al colectivo y lo convierte en protagonista de su propio cambio, en sujeto activo de las propuestas que hacemos. Las personas con discapacidad no son solo beneficiarias de nuestros programas, sino que tienen también un rol principal en los proyectos que proponemos para contribuir a construir una sociedad más equitativa".
Entre ellos, la directora de Fundación Universia destaca la iniciativa Abre tus sentidos, que busca concienciar sobre la realidad de la discapacidad a los empleados de Banco Santander. "Los empleados que no tienen una discapacidad a veces caen en extremos o de sobreprotección, o de infravaloración. Lo ideal es cuando se llega al punto en el que el resto de compañeros ven solo a la persona o al profesional, nada más", explica.
También iniciativas como la Cumbre Mundial de Discapacidad, Empleo, Tecnología y Emprendimiento, aplazada a causa del coronavirus, son valoradas positivamente por la presidenta de Fundación Universia, pues sirven para que "fundaciones, empresas y administraciones trabajemos en colaboración para mejorar la vida de las personas con discapacidad y contribuir de manera coordinada en la consecución del ODS 8 de la Agenda 2030".
Además, "nos gustan especialmente los proyectos que fomentan el liderazgo de personas con discapacidad o los que promueven diferentes diversidades, mezclando, por ejemplo, la discapacidad con la diversidad de género", afirma Viñas.
En esta línea, Fundación Universia impulsó hace unos meses, junto con el área de Talento y Desarrollo del Centro Corporativo de Banco Santander, la actividad Speed Dating Líderes, donde -tal y como explica su directora- "mujeres con alto potencial de desarrollo y personas con discapacidad participantes en nuestros programas mantenían conversaciones de cinco minutos con el objetivo de fomentar el liderazgo inclusivo como palanca de transformación cultural del Grupo". Cabe destacar que esta actividad ha sido reconocida por la Red Española del Pacto Mundial de las Naciones Unidas como una de las mejores prácticas empresariales relativas a la igualdad de género.
"Merece nuestra consideración que un 15,2% de mujeres con discapacidad que estudian en nuestras universidades ha manifestado que se ha enfrentado a más dificultades en la universidad por el hecho de ser mujer", explica Viñas. "Dicho esto, resulta alentador saber que, del total de incorporaciones que hemos facilitado desde Fundación Universia en empresas colaboradoras en 2019, un 59% fueron de mujeres".
En última instancia, tal y como afirma la directora, "el empleo para Fundación Universia siempre ha sido el fin principal, pues supone la autonomía real para las personas con discapacidad, y, por tanto, su libertad".