
El 26 de enero se celebra el Día Mundial de la Educación Ambiental. Esta celebración tiene su origen en el año 1975, año en el que se organizó en la capital de la antigua Yugoslavia y actual capital de Serbia, Belgrado, el Seminario Internacional de Educación Ambiental. Este evento contó con la participación de más de 70 países, y en él se establecieron los principios de la Educación Ambiental dentro del marco de los programas de las Naciones Unidas.
Como resultado de todo esto, se publicó la famosa Carta de Belgrado, en la que se plasman las reivindicaciones fundamentales de la educación ambiental cuyas metas son "formar una población mundial consciente y preocupada por el medio ambiente y con los problemas asociados", reza el documento. A esto se suma el gran reto que tenemos actualmente con el cambio climático. El planeta ya está bajo una amenaza muy seria que requiere actuaciones inmediatas. El grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático de la ONU ya lleva mucho tiempo advirtiendo que estas amenazas necesitan una respuesta global.
Por tanto, es de esperar que, dentro del compromiso social de las empresas, y sobre todo de las que dependen del medio para su actividad, se busquen fórmulas para atajar esta problemática y así aportar para que las futuras generaciones sean conscientes de lo importante que es preservar el entorno como modo de vida y puedan frenar, desde ya, la amenaza del cambio climático.
En este caso vamos a tomar como ejemplo las empresas eléctricas, ya que son de las que su actividad está muy ligada al medio para su realizar su actividad. En este caso generar electricidad para que posteriormente podamos utilizarla en nuestras casas. Para ayudar a gestionar al máximo cualquier potencial impacto medioambiental, estas empresas incluyen en sus agendas iniciativas para concienciar sobre la importancia del cuidado de nuestro planeta y de que los recursos, si no se cuidan, se acaban. Este es el caso de Endesa que impulsa proyectos dirigidos a cumplir esos objetivos.
En 2016 realizaron su primer informe del Ecobarómetro para detectar los conocimientos, actitudes y comportamientos de los jóvenes con el medio ambiente. Un necesario trabajo de investigación que acaban de actualizar y presentar en 2021, realizado a jóvenes entre 16 y 35 años y la población general de entre 18 y 75 años y centrado en temas como la ecología, el medio ambiente y la sostenibilidad a tenor de los cambios sociales y culturales que se han experimentado en los últimos años.
El director general de la Fundación Endesa, Javier Blanco, comenta que con esta actualización "hemos podido conocer el actual grado de compromiso de la población española con la sostenibilidad, la ecología y el entorno". Además, resalta que esta nueva versión "plantea algunas cuestiones de actualidad de gran interés", como es el caso del cambio climático y "en especial su dimensión internacional".
Y claro, el trabajo posterior a conocer los resultados del Ecobarómetro 2016 fue trabajar con la información para asentar líneas de actuación y así reforzar esos conocimientos medioambientales desde la base y para eso lo mejor es adentrarse en un gran mundo: la educación.
Es en este punto donde nacen los Premios a la Econinnovación, unos premios que impulsa la Fundación Endesa en colaboración con la Fundación Europea de Sociedad y Educación con el que premian, desde hace seis años, el compromiso de los estudiantes y centros educativos de toda España con la conservación, protección y el cuidado de la biodiversidad. Desde que se han puesto en marcha ya han participado 159.030 alumnos de 905 centros educativos de todo el país.
Además, Javier Blanco destaca también que con estos premios "queremos ir más allá" y por eso anuncia que van a poner en marcha la "Bioteca", es decir, "un punto de encuentro y banco de recursos para la comunidad educativa, organizaciones y administraciones educativas y medioambientales". A través de esta "Bioteca" lo que pretende la Fundación Endesa es "crear una 'Red de profesores por la Biodiversidad' para promover el networking y el intercambio de buenas prácticas", dijo el directivo.
Desde la infancia
Lo más complicado, a la hora de hacer este cambio social, es que la población más adulta cambie sus hábitos: su manera de vivir, trabajar, consumir e incluso de hacer negocios. Pero la infancia es otra cosa. Si se imparte educación en materia medioambiental desde edades muy tempranas, los más pequeños contarán con las herramientas necesarias para convertirse en ciudadanos responsables y para hacer frente a los retos del futuro inmediato.
Y precisamente a través de Endesa Educa, otro de los proyectos educativos más emblemáticos de Fundación Endesa, las familias, profesores y estudiantes disponen de recursos con los cuales aprender de manera divertida el mundo de la energía y su uso eficiente y responsable.
Además, cuenta con su plataforma online y gratuita 'Endesa Educa Digital', en la cual pueden participar en un concurso "intercoles" sobre proyectos de eficiencia energética. Un juego dirigido al alumnado de 3º y 4º de primaria en el que deberán superar los diferentes retos energéticos que se les proponen para llegar a la misión final, que es la que todos debemos tener: "Salvar el Mundo".