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Planes de pensiones sostenibles: Por qué ser un ahorrador socialmente responsable

  • El 80% de los españoles tendría en cuenta criterios ISR al contratar un plan de pensiones

elEconomista.es

Si en España el debate sobre la sostenibilidad de las pensiones ya estaba sobre la mesa durante los últimos años, ahora con la crisis desatada por el Covid-19 ha cobrado aún más importancia. No son pocas las voces que alertan sobre las dificultades que tendrán las generaciones futuras para poder disfrutar en la jubilación de los ingresos procedentes de la pensión pública.

Según datos de la OCDE, España es uno de los países más generosos atendiendo a su tasa de reemplazo, esto es el porcentaje que supone la pensión pública respecto al último salario cobrado. En este sentido, según los últimos datos disponibles, la tasa bruta de reemplazo en España para un salario medio es superior al 70%, mientras que la media de los países de la Unión Europea es del 59%.

No obstante, teniendo en cuenta el envejecimiento de la población, España pasará de dos trabajadores por cada pensionista a poco más de uno en 2050, según las proyecciones de Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF). Ya en 2020, debido a la pandemia, la ratio ha disminuido hasta 1,92 trabajadores por cada pensionista frente a los casi 2 cotizantes en 2019.

En este contexto, complementar la pensión pública se erige como una buena decisión. Hay varias vías para ello, siendo una de las más conocidas los planes de pensiones. Su atractivo ante otros vehículos de inversión a largo plazo reside en la fiscalidad más favorable. Las aportaciones realizadas ese año reducen la base imponible del IRPF, es decir, Hacienda devuelve parte de lo invertido. Hay un límite para aportar: 8.000 euros o el 30% de la suma de los rendimientos del trabajo y actividades económicas.

Eso sí, si se elige un plan es mucho más eficiente realizar aportaciones periódicas porque hacerlo solo a final de año es exponerse a cómo estén los mercados en ese momento. Y es que al periodificar las aportaciones se obtendrá, en términos globales, un resultado más consistente y con menor volatilidad. Además, el esfuerzo financiero es más gradual. No es lo mismo ir haciendo pequeñas aportaciones mes a mes que desembolsar el importe equivalente en una sola aportación. De hecho, las aportaciones periódicas se pueden programar para que se realicen de forma automática. Por otro lado, hacerlo de manera periódica es una buena fórmula de mantener el compromiso con el ahorro de cara a la jubilación.

Ahorro sostenible

A la hora de elegir un plan de pensiones, los ahorradores tienen cada vez más en cuenta el impacto que pueda tener en la sociedad y el medio ambiente los productos que eligen. De hecho, según el último estudio del Observatorio de Pensiones de Caser, el 80% de los españoles tendría en cuenta el cumplimiento de criterios ISR a la hora de contratar un plan de pensiones. Además, un 64% de los españoles afirma que a la hora de invertir tienen muy en cuenta que la empresa en la que vaya a invertir sea proactiva para adaptarse a los cambios tanto sociales como medioambientales.

Un ejemplo de este tipo de productos es el Plan de Pensiones Individual Inversión Sostenible DB, de renta fija mixta, que invierte en empresas sostenibles y/o con fines sociales, es decir, este plan de pensiones sigue criterios ESG (Environmental, Social, Governance). A cierre de septiembre, su cartera se componía de un 48,1% activos de renta fija, un 21,8% en renta variable y un 30,1% en tesorería, controlando de esta forma el riesgo global de la cartera de plan sin renunciar a potenciales rentabilidades. Con un rendimiento en el año superior al 4%, requiere una inversión mínima de 30 euros. "En fases de estrés en los mercados, nuestros planes demuestran las innegables ventajas de una alta diversificación internacional", apuntan desde Deutsche Bank.

Si bien en un entorno de tipos de interés históricamente bajos la inversión en renta fija puede hacer dudar a más de uno, desde la entidad recuerdan que este activo "sirve para reducir la volatilidad y de refugio si la cartera está bien gestionada. En este sentido, es importante la gestión activa, por parte de los gestores del patrimonio, para que reaccionen a los acontecimientos en los mercados. Y es primordial que la política de inversión les dé la flexibilidad suficiente para subir o bajar de forma decidida la renta variable, con unos márgenes muy amplios. Está claro que a muy largo plazo la inversión al 100% en renta variable es la más rentable, pero la mayoría de los inversores no aguantan estas oscilaciones, aunque sean temporales".

Precisamente, en un ejercicio en el que encontrar rentabilidades jugosas está siendo un reto, el ESG (siglas en inglés de factores medioambientales, sociales y de gobierno corporativo) está demostrando su atractivo. "Invertir en el futuro de todos es rentable. Durante años, el gran obstáculo para la inversión bajo criterios de sostenibilidad han sido las dudas sobre el valor que aporta a las carteras en cuanto a rentabilidad-riesgo. Pero, si hay algo que se ha consolidado durante la crisis del COVID-19, es la rentabilidad y protección que han ofrecido los criterios ESG a los inversores", señalan desde Deutsche Bank.

A este respecto, el MSCI World ESG Leaders, un índice ponderado de capitalización que proporciona exposición a empresas con gran implicación ESG en relación a sus comparables, se anota en el año una subida de más del 9%, superando así al MSCI World que no incorpora estos criterios y sube desde enero un 8%.

Desde Morningstar señalan que "en estos momentos hay más de 2.500 fondos y ETFs sostenibles a los que pueden acceder los inversores europeos, es decir, más del triple que hace solo diez años. Este crecimiento demuestra que las gestoras están respondiendo a la demanda de los inversores por inversiones que se ajustan a sus preferencias y valores de sostenibilidad".

Los planes de pensiones de Deutsche Bank están adheridos a los Principios de Inversión Responsable de la ONU (UNPRI en sus siglas en inglés), obteniendo, a través del gestor de inversiones DWS International GmbH, la máxima calificación otorgada por la PRI Association, un rating de A+.

Apostar por el largo plazo

La duración del tiempo de la inversión determina qué productos convienen para alcanzar el objetivo propuesto. Si ya de por sí el largo plazo es buen aliado de los inversores, cuando se trata del ahorro para la jubilación es más importante aún.

Por regla general, la inversión a largo plazo genera una rentabilidad más elevada, ya que el capital está generando beneficios durante un periodo elevado de tiempo. Esto es más importante aun cuando hablamos de la inversión en renta variable o en un plan de pensiones con un mayor peso en renta variable. Además, mitiga el riesgo y reduce los errores. Adivinar la dirección que tomarán los mercados y modificar de forma correspondiente el portfolio de inversiones, se ha demostrado que no suele funcionar y solo genera costes transaccionales. En las inversiones a largo plazo las decisiones que se deben tomar son menores y, por tanto, el riesgo de equivocarse también disminuye.

Ahora bien, las inversiones a largo plazo suelen ser positivas cuánto antes se incorporen a la planificación financiera y, en el proceso de ahorro para la jubilación, el tiempo es oro. Muchas personas posponen este proyecto al verlo muy lejano, cuando la realidad es que cuanto antes se empiece, mejor será el resultado final. Por un lado, el esfuerzo de ahorro será menor si se comienza con 30 años que con 50 años. Y es que cuánto antes se empiece, antes se obtendrá rentabilidad y, para alcanzar el mismo rendimiento, por ejemplo, con 50 años, se tendrá que aportar más dinero.

Teniendo en cuenta que hablamos de un horizonte temporal que abarca varias décadas, es importante adecuar el ahorro a la evolución de los ingresos. En este sentido, conocer cuál es el perfil de cada inversor es fundamental. La clasificación estándar viene determinada por la aversión al riesgo, de la que se desprenden, en términos generales, tres tipos de inversor: el conservador, que trata de preservar el capital y busca superar la inflación y, por tanto, admite baja exposición al riesgo; el moderado, que busca el equilibrio entre estabilidad y crecimiento patrimonial, por lo que la exposición al riesgo tolerada es intermedia; y el agresivo, que quiere maximizar la rentabilidad, por lo que su exposición al riesgo es elevada.

A este respecto, es importante contar con un buen asesoramiento financiero. A fin de cuentas, cuando lo necesitamos acudimos al médico en lugar de tratarnos nosotros mismos, algo similar debería ocurrir con nuestras finanzas. Por tanto, contar con una gestora a nivel global, con equipos potentes, que saben leer la economía a nivel mundial y aplican los resultados en la exposición a los diferentes activos, es una clara ventaja.

Es el caso de DWS, que se encarga de la inversión del patrimonio de los planes de pensiones de Deutsche Bank y que es una de las principales compañías de gestión de activos a nivel mundial. De hecho, es la única gestora de fondos de pensiones españoles que cuenta con recursos globales, por lo que sus carteras están más diversificadas geográficamente que las de la competencia. Además, crea soluciones específicas para sus clientes, apoyándose para ello en su amplia experiencia en gestión activa, pasiva y alternativa y en su profundo conocimiento de los temas medioambientales, sociales y de gobernanza.