Consejo General de Colegios de Gestores Administrativos
¿En manos de quién están los negocios?
Fernando Jesús Santiago Ollero
Madrid,
Ojalá estuvieran en las de sus propietarios, pero desgraciadamente no es así. Voy a tratar de ordenar, negro sobre blanco, mis ideas y exponerlas de forma desapasionada. Ahora bien, les confieso que resulta muy difícil hacerlo así, cuando estamos viendo el trato que se da a los negocios más pequeños.
Solo voy a dar dos datos para saber a qué nos estamos refiriendo. El número de empresas con menos de 49 empleados (que contempla también las que no tienen ningún empleado), según datos referidos a mayo de 2022, asciende a 2.913.185 (que representa un 98,91% del total de empresas). Estas empresas dan trabajo a 8.271.465 personas (un 48,73% del total de trabajadores pertenecientes a empresas).El 56% de las PYMES son personas físicas.
En segundo lugar, quiero compartir con ustedes la distribución de autónomos por importe de ingresos obtenidos:
Ustedes mismos pueden sacar sus conclusiones. Verán que no llega al 25% de autónomos los que obtienen ingresos (sin eliminar gastos) por encima del salario mínimo interprofesional.
Algo más de 24.000 carnicerías en España. Unos 70.000 centros de estética y peluquerías. 23.000 supermercados de todos los tamaños. 160.000 establecimientos de bebidas. 10.000 tiendas de deportes. Y sigan ustedes con los ejemplos que conocen: salgan a la calle y miren cuántas de ellas pueden proveer de un sueldo decente a quien la regenta. Y cuántos de sus contactos cercanos son profesionales autónomos, muchos de los cuales se han visto en la calle por un ERE o por otras razones, y sobrevive decentemente con un sueldo medio.
Por tanto, cuando hablamos del 98% del tejido productivo, nos referimos a personas que arriesgan su propio dinero para tener un sueldo proporcionado, y poco más. Y, por supuesto, el 2% restante obtienen ingresos muy superiores. Y es legítimo. Pero no confundamos empresarios con auto empleadores, desde el punto de vista de la legislación nada más. No se pueden tomar las mismas medidas para las grandes que para los pequeños.
En un país en el que los jóvenes tienen un difícil acceso al mercado laboral y donde los mayores de 50 años (incluso por debajo de esta edad) se han visto excluidos del mismo precisamente por ser "mayores", el autoempleo se vislumbra como el único camino para seguir comiendo. Y esto genera un crecimiento importante de autónomos en los momentos más difíciles de la crisis. Pero si seguimos la tabla que adjunto más arriba, observamos que su nivel de ingresos es, de media, muy bajo.
Tenemos, por tanto, un volumen muy alto de personas bien autoempleadas o empleadas por pequeños y medianos negocios, que son mucho más vulnerables que las grandes de los vaivenes de los mercados y los cambios normativos. Sin embargo, esto no se tiene en cuenta a la hora de legislar.
Pero no es lo único que impide un desarrollo normal o estable a estos negocios. La financiación es otro de los quebraderos de cabeza para ellos. Cuando comenzó la crisis financiera se les cortó, de forma radical, el grifo de la financiación en la mayoría de los casos sin explicaciones justificadas. Muchas cumplieron los pronósticos, y sin financiación terminaron desapareciendo. Eso llevó a grandes pérdidas en los bancos (aunque también se produjeron grandes pérdidas por las grandes empresas), y lo siguiente fue que los bancos empezaran a huir de los pequeños negocios. Al extremo de que en un evento con altos directivos de los bancos les recomiendan a los pequeños que se acerquen más a la financiación alternativa.
En síntesis, los pequeños negocios están en manos de los legisladores y de los bancos. Las grandes pueden sobrevivir a pesar de éstos, pero los pequeños no pueden caminar solos. Y en sus manos, hasta ahora, no nos ha ido muy bien.